miércoles, 27 de octubre de 2010

Entre la Sorpresa y la Política



Murió Néstor Kirchner. La sorpresa es mayúscula. Era un hombre joven. Una figura importante para Argentina y la región. Amado y odiado de casi igual manera por argentinos y vecinos. Polémico, vehemente y pasional. Luchador implacable de la política argentina. Dicen que los médicos le informaron que era necesario que controlara su vehemencia porque podía llevar a este desenlace. Sin embargo, un líder político difícilmente pueda entender una indicación de esas. El “animal político” que llevan dentro complica que puedan controlar una pasión como la del hacer público.

Néstor Kirchner fue el 54º Presidente de la República Argentina, entre el 25 de mayo de 2003 hasta el 10 de diciembre de 2007. Designado por el anterior Presidente Eduardo Duhalde para ser el sucesor del proyecto político que éste había armado luego de la Crisis de Diciembre de 2001. Antes de ser electo presidente fue intendente de Río Gallegos (1987-1991) y gobernador de la provincia de Santa Cruz (1991-2003). En 2009 fue elegido diputado de la Nación Argentina por la Provincia de Buenos Aires. Además, desde el 4 de mayo de 2010 se desempeñó como Secretario General de la UNASUR. También se desempeñó como presidente del Partido Justicialista, cargo al que renunció el 29 de junio de 2009 y volvió a ocupar el 11 de noviembre de 2009, asumiendo oficialmente el 10 de marzo de 2010. Era el agente político más importante del oficialismo, posiblemente más que la propia Presidente Fernández, y más que seguro futuro candidato a la Presidencia en las futuras Elecciones Presidenciales de 2011 por el Partido Justicialista / Frente para la Victoria.

Más allá de las condolencias y las expresiones correspondientes a la familia y seres queridos del ex-Presidente fallecido, es necesario pensar en algunas consecuencias que tiene esta noticia para el futuro de la política argentina. Nadie puede dudar del peso que tenía Kirchner en la realidad política de su país. Era el principal referente del Peronismo aún cuando las Elecciones a “medio mandato” habían sido costosas para el oficialismo y significaron un duro revés personal para el mismo Néstor. Sin embargo, seguía siendo el único capaz de mantener a la mayoría del Peronismo bajo control. En su entorno había muchos personajes con posturas totalmente diferentes en cuanto a lo político como a los más variados temas. Bajo su egida se reunían desde Luis D`Elía y Hugo Moyano hasta Daniel Scioli, Sergio Massa o la mismísima Presidente Cristina.

Pero el tema no termina en la Argentina. Las últimas declaraciones de Kirchner en Gualeguaychú habían llevado al Secretario General del Partido Colorado Pedro Bordaberry a pedir que el gobierno nacional elevara una protesta formal y trabajara para sacar a Kirchner de la Secretaria General de la UNASUR por las declaraciones a favor de los piqueteros de la Asamblea Ambiental. A este novel organismo, la UNASUR, lo deja totalmente “descabezado” y sin saber que será de su futuro. Habrá que ver si esta pérdida lleva a un desmantelamiento o a un resurgir. Hay que decir, lamentablemente, que es una buena oportunidad para que se rectifique el rumbo que la misma había tomado bajo la influencia de Kirchner y sus aliados, Chávez, Morales, Correa y Mújica. Pensar los costos que nuestro Presidente tuvo que pagar por levantar el veto a Kirchner.

De la misma manera, casi como confirmatorio de la existencia de una especie de  “the show must go on” en la política, es necesario pensar qué pasará en el futuro cercano de la política argentina. No simplemente como un juego intelectual sino, más bien, como una necesidad de un país. Nadie duda que “cuando Argentina estornuda, Uruguay se resfría”. Además, se sabe bien que lo peor que puede suceder en la política es el vacío de poder. No sé bien por qué, la verdad sea dicha, lo primero que vino a mi mente cuando escuché la noticia de la muerte de Kirchner fue un artículo que había leído previo a la Segunda Guerra en Irak. Alguien se había preguntado si Bush, como líder de los EE.UU., había analizado seriamente qué iba a pasar cuando no estuviera Huseim en el poder. Por más que el régimen iraquí era abominable no era posible negar que el derrocamiento de Huseim provocaría un vacío de poder que, a la corta o a la larga, iba a ser un problema para las fuerzas de ocupación y los nuevos gobernantes del país. Y fue lo que sucedió. Nadie se hace cargo del costo del vacío de poder generado: 66000 civiles muertos, no importa si a manos de insurgentes o estadounidenses.

En Argentina se abrirá una pugna por el poder. Nadie puede saber si será a “muerte” o tendrá los límites de la política más democrática. Aquella que en el Peronismo no ha sido la versión más utilizada. Empecemos justamente por el Peronismo, el Partido Justicialista, ese sector político que es la imagen misma del Poder en la vecina orilla. Hasta ayer, con Kirchner vivo, el Peronismo se dividía entre el Frente para la Victoria (FPV) y el Peronismo Disidente (PD). En el FPV conviven figuras como la actual Presidente Fernández, el Gobernador Scioli y el líder sindical de la CGT Moyano. Todos ellos aceptaban la candidatura del líder, hoy no se sabe cómo será que llevarán la lucha por el legado político de Kirchner. Será unidos o será en lucha. Los primeros son políticos, el segundo sindicalista. La muerte de un manifestante sindical la semana pasada nos da una idea de lo que puede suceder si Moyano decide emprender la “lucha callejera” para hacer realidad su sueño del sindicalista presidente.

Por el otro lado, el PD tiene la oportunidad de volver al Partido Justicialista. A su vez, sus múltiples líderes buscarán hacerse con el control. El propio ex-Presidente Duhalde, el ex-Gobernador Solá, el magnate De Narvaéz o hasta el propio ex-piloto Reutemann, deberán definir como encaran la pérdida del contra-referente. La unificación pacífica del Peronismo puede hacer casi imposible la victoria de la oposición en las Elecciones de 2011. A la misma vez, hasta de forma similar, el resto del arco opositor también se queda sin su partener. Desde Cobos y Alfonsín hasta Carrió, Macri, Solanas y quien más se les ocurra pierden el norte. Todos ellos estructuraban su perfil político en contraposición, en primer lugar, a la de Kirchner. Sin él, además, todos son conscientes de cómo bajan las chances de vencer en 2011 al Partido Justicialista. Nadie puede saber lo que sucederá. Sin embargo, analizando los posibles escenarios los actores puedan prepararse. Va a ser necesaria mucha astucia política de ambos lados, oficialismo y oposición, para poder realizar una sucesión organizada del “estrellato político” de Kirchner. Para bien o para mal desapareció quién era el líder político de la República Argentina. Y podía seguir siéndolo.

Los uruguayos somos testigos de una época de mucha turbulencia política también de nuestro lado del Plata. Entre la Ilegalización de la Ley de Caducidad, los Coordinadores Regionales, la Reforma del Estado y la Baja en la Edad de Inimputabilidad, por nombrar algunos, el escenario político uruguayo está en pleno reordenamiento. En medio de turbulencias a la interna del oficialista Frente Amplio y de distancias importantes entre sectores de los partidos tradicionales, en especial con el Dr. Larrañaga y su Alianza Nacional, una experiencia ajena puede venir muy bien para repensar el “juego político interno”. Es así que, en un momento tan especial de la política uruguaya, sería oportuno que los políticos de nuestro lado del charco tomaran en cuenta la experiencia argentina. Nuestros dirigentes deberían tomarse el trabajo de aprender de los escenarios políticos, aquél que se vivió en los últimos años y el que se abre ahora, en la Argentina para el futuro cercano. Dejando la Sorpresa de la noticia sería bueno empezar a pensar, una vez más, el futuro de la Política.

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