lunes, 28 de febrero de 2011

Empezando el 2011 con la Mira en 2014



            Y un día Vázquez reapareció. Y se convirtió por una semana, por lo menos, en el centro de la atención de los medios de comunicación y, por ende, de la ciudadanía. Los catedráticos y los profesionales de la opinión se pasaron días y días buscando razones y consecuencias de la salida en escena del ex–Presidente. Sus más fervientes seguidores pasaron a sentir un triunfalismo desmesurado que contagió a más de un periodista que no se despeinó al anunciar que la carrera estaba ya ganada. Sin embargo, y más allá de todas esas consideraciones, lo más importante es que terminó de definir el mapa político de nuestro país desde aquí hasta las Elecciones Nacionales de 2014.

            Para bien o para mal, queda a criterio de cada uno que visión prefiere, la realidad marca que ya están casi todos los Candidatos a la Presidencia de la República en 2014. Casi todos están, por no decir todos, porque a más de tres años y medio del acto eleccionario, en un país que no se vanagloria de cambios drásticos en ningún área de su quehacer, los principales referentes políticos ya están marcando el camino a la interna de cada uno de sus partidos con la proa puesta en noviembre de 2014. Y si alguno falta definir si será candidato, en realidad está en plena lucha interna por su supervivencia y no se lo puede aún descartar de la carrera por el sillón presidencial.

            Volviendo a Vázquez, la salida a escena del oncólogo más famoso del país terminó por marcar el futuro interno del oficialismo. Aunque es importante recordar el estilo “contradictorio” de los dichos y las acciones del ex-mandatario, es una semana se mostró como soporte principal del gobernante actual, cercano a posturas de los sectores más izquierdistas de la coalición y en franca oposición al Vice-Presidente y su equipo económico. Aprovechando un centro periodístico, de los que siempre le llegan, mostró su postura actual señalando a Sendic, como portador de apellido famoso, como su posible compañero de fórmula. Igualmente, minutos después, indicó que existían otros nombres factibles para la candidatura, tantos como perfiles diferentes pueda querer manejar llegado el caso. Ahora en el FA será difícil asomar la cabeza para 2014.

            En el Partido Nacional, el segundo partido político en votos en 2009, tiene la interna más convulsionada del espectro político. Sin embargo, los referentes políticos parecen firmes por más críticas que reciban. Larrañaga, cuestionado por su postura demasiado cercana a Mujica, no parece tener rivales a la interna de Alianza Nacional. Los nuevos grupos, principalmente organizados en el entorno de los Intendentes del interior del país, le aseguran su apoyo pero con su propia lista al Senado. Lacalle, pasada la autocrítica electoral, si bien parece tener más dificultades para pensar en una nueva candidatura, sigue teniendo la decisión en sus manos. Por más que a la interna de Unidad Nacional lo critican, nadie puede desplazarlo. Su capacidad de propuesta y su sólido apoyo popular, por lo pronto entre los votantes del ala herrerista de los blancos, le aseguran tener el sartén por el mango. A tal punto es capaz de definir él mismo su futura candidatura que parece dispuesto a ponerse a un costado a esperar que el paso del tiempo, y el desgaste de sus críticos, le permita reaparecer como el “salvador” del sector y el único capaz de arrebatar la candidatura del nacionalismo a Larrañaga.

En el Partido Colorado, el tercero en discordia en una carrera presidencial, la situación aparece como cantada. Bordaberry será el candidato presidencial colorado. Cada vez más, el Senador y líder de Vamos Uruguay se muestra como el principal referente partidario. Si “Propuesta Batllista”, con Amorin y Viera a la cabeza, pensaba que la centralidad de Bordaberry iba a caer luego de la Elección 2009, se han equivocado. La diferencia entre VU y PROBA ha aumentado en la consideración de los colorados. Basado en su superioridad en los órganos de decisión del partido y la falta de capacidad de PROBA para sobresalir en la escena política, se le hace muy sencillo a Bordaberry aumentar su apoyo entre los colorados. Sin embargo, la facilidad con que el nuevo líder podría imponerse a la interna es un problema electoral importante para el Partido Colorado en su intención de pelear por un lugar en el próximo Ballotage.

Más allá de las internas de cada uno de los partidos, es importante analizar el estado de situación de la opinión pública con respecto a los partidos políticos. Aunque parezca mentira, para poder realizar este análisis se encuentra disponible solamente una encuesta de noviembre de 2010. FACTUM, de Eduardo Botinelli, es la única consultora que se ha preocupado por indagar en este tema. Otras encuestadoras se centraron en la evaluación de la marcha del gobierno de Mujica e infieren de ellos aparentes cambios en la opinión. Sin embargo, para este análisis, preferimos datos directos sobre cómo se paran hoy los uruguayos. Apoyado en ese trabajo, y en la señalada estabilidad del voto en Uruguay, veamos algunas ideas que se pueden extraer de los números.

            Lo fácil de ver es que, a un año de la Elección 2009, los tres partidos políticos más importantes del país ven caer su apoyo electoral. Por más que, en los partidos tradicionales, los líderes siguen siendo los mismos que un año atrás, un importante número de sus votantes, tanto colorados como blancos, aparecen expectantes de sus futuros movimientos para definir qué postura tomarán. La “izquierda” también sufre una importante caída en su apoyo, mientras los partidos menores aparecen como más cercanos a repetir sus menguadas votaciones anteriores. El único partido que parece fortalecerse es el de los “desilusionados” políticos. Si bien las Elecciones Departamentales de 2010 ya mostraban que uno de cada diez uruguayos renegaba de los partidos, todos esperaban que fuera un suceso puntual. Sin embargo, meses después, el mismo porcentaje de uruguayos parece alejado de los políticos y sus organizaciones.

            
            Más allá de todo ello, es necesario analizar las tendencias para poder sacar alguna idea en limpio. Si nos fijamos en el mismo trabajo de  FACTUM pero realizado un par de meses antes, otras sorpresas pueden aparecer. Si bien los tres partidos principales caen de setiembre a noviembre, el Frente Amplio cae mucho más que los partidos fundacionales. Sin embargo, los frenteamplistas desilusionados no cruzan la frontera hacia los partidos tradicionales. A su vez, lo mismo sucede a la inversa. Entonces, todos esos votantes se refugian en el voto en blanco o anulado, el cual se duplica en dos meses, pasando de 5% al 10%. Sin embargo, más allá de la caída generalizada, la distancia entre los dos bloques, si bien cae un par de puntos porcentuales, parece que se mantiene en dos dígitos, rondando el entorno de los 10%.


            A esta altura, y relacionando todo con el comienzo del artículo, es posible que alguien señale: “pero aquí falta saber cómo influye Vázquez y su candidatura en el voto de los uruguayos”. Por ello se hace útil analizar los datos de “voto personalizado” que FACTUM también provee. Que Vázquez sea el candidato del FA hace aumentar el caudal electoral de la “izquierda” en cuatro puntos porcentuales; Lacalle y Larrañaga suman dos puntos a los blancos; mientras Bordaberry hace sumar tres puntos a los colorados. Así estamos parados los uruguayos a más de tres años de la elección.


De esta forma, si bien el 24% de los uruguayos, en condiciones de votar, ante la pregunta sobre a qué partido votaría en las próximas elecciones dice que no sabe a cuál votar o que votaría en blanco o anulado, un 9% si sabe a qué candidato votaría. Sin embargo, al interior del resto del grupo existen situaciones diferentes. Existe, por lo menos, un 3% que tiene por costumbre, según los datos de todas las elecciones anteriores, no votar a ningún político. Por ende, existe un 12% de uruguayos que serían el centro de la disputa entre los partidos que tienen posibilidades de ganar el sillón presidencial. Dentro de ese grupo, los “desilusionados políticos” estarían en el entorno del 6%, mientras los “indefinidos políticos” andarían en otro tanto.


 La lucha de Vázquez será, más allá de solidificar su actual base de apoyo, atraer nuevamente a sus huestes entre dos y tres puntos porcentuales para asegurarse la victoria, por lo menos en segunda vuelta. El Partido Nacional, además de resolver sus diferentes internas, tiene por delante un doble desafío. Por un lado, debe trabajar para que los votos de cada uno de sus líderes permanezcan sin importar quién sea el ganador de la interna, y, por el otro, tratar de mantener distancia con el Partido Colorado. A su vez, Bordaberry, debe exigirse para superar la distancia de siete puntos que hoy los blancos llevan en el camino por ser la alternativa en un eventual Ballotage 2014. Al mismo tiempo, ambos partidos tradicionales deberán ser capaces de, combinando dosis de “conflicto” y “cooperación”, erosionar la base electoral del FA, si es quieren volver a ser la mayoría del Parlamento en el próximo período. Los casi 10 puntos porcentuales que separan al FA del bloque tradicional, parecen demasiada distancia si se quiere pensar en una victoria de los partidos fundacionales en la próxima elección nacional.

No piensen que, como muchos otros, me quedo en un simple diagnóstico y no pienso aportar ideas sobre el cómo cada uno puede cumplir con sus objetivos. Sin embargo, el tema de las estrategias prometo que será un tema a tocar en el futuro cercano, seguramente más próximo al inicio del “2011 a la uruguaya”. 

miércoles, 16 de febrero de 2011

La Otra Cara del "Bicentenario"


Ayer a la tarde-noche se realizó el lanzamiento de la agenda de actividades con las cuales el gobierno nacional quiere rendir homenaje a la gesta independentista nacional. Más allá de estar de acuerdo o no con el nombre dado, las fechas elegidas o los hechos o los actores rememorados, es importante señalar el apoyo total del sistema político a la iniciativa. Sin embargo, la ocasión, y algunos de sus pormenores, merecen ser conocidos por parte de todos aquellos que no pudieron darse una vuelta ayer por el “Salón de los Pasos Perdidos” del Palacio Legislativo.


 Explicar la nota que va a leer a continuación es por demás díficil. En este caso, por más que podría hacerse perfectamente, quien esté esperando un análisis de contenido sobre los discursos políticos de la jornada de ayer, pierde su tiempo. El haber estado ayer, por motivos totalmente ajenos al acto y casi sin saber del mismo, por el Palacio Legislativo me permite contar otros detalles del mismo que valen aún más la pena, por lo menos desde mi punto de vista, compartir que aquellos que pueden llegarles por la prensa.

            Alrededor de las 18 hrs. quien se acercara por la puerta del Palacio, aquella que da a Gral. Flores, lo primero que se encontraba era a seis chicas, hay que reconocer que eran todas muy bellas, sentadas en la propia fachada esperando que alguien llegara. De esta forma, no hay que ser muy perspicaz, había que concluir que en el evento habría promotoras. Para qué y por qué era un tema por verse.

            Ya en ese momento, en el que todavía el acto no era de importancia para mi, nacieron interrogantes sobre cómo sería el evento, nada podía ser más removedor que la escena que me tocó ver inmediatamente. Ya dentro del edificio, tratando de llegar a un ascensor, me encuentro con una importante “escenario” y todos los equipos necesarios para una amplificación y televisación de primer nivel. Lástima que en el fondo, sobre los propios equipos, me encuentro, por lo menos, a tres personas durmiendo. Repasemos la escena, tres personas recostadas sobre los equipos, cuan largas eran, en pleno “Salón de los Pasos Perdidos”.

            Debo reconocer que en ese momento, no antes cuando nadie me había hecho problema alguno para ingresar y recorrer el Palacio, empecé a pensar en el funesto nivel de seguridad del recinto parlamentario. Antes, durante y después del acto, la seguridad brilló por su ausencia. Los uruguayos somos muy especiales. La confianza en que nunca va a pasar nada en nuestro país, certeza por demás generalizada, permite que en un acto en el cual estaban, para empezar, el Presidente, el Vicepresidente y los cinco ciudadanos que le siguen en el orden sucesorio presidencial, nada impidiera que una persona hiciera volar por los cielos el edificio y la plana mayor del gobierno.

            La convocatoria abierta a todo aquél que andaba en la vuelta del Palacio Legislativo, con su dosis republicana tan uruguaya, no había tenido efecto en los parlamentarios. Si bien estuvieron casi todos los integrantes del gabinete ministerial, la presencia de los legisladores no fue tan alta. Si concurrieron uno de cada cuatro parlamentarios fue mucho. Y esto es válido para todos los partidos. El acto, realizado en el propio lugar de trabajo, no los encontró por allí o no fue de su interés.

            Un tema aparte fue la prensa presente. Cada día me convenzo más de la mediocridad del periodismo nacional. Y no es culpa de ellos, es culpa de todos. Y tampoco es un tema de capacidad intelectual o de análisis de la realidad. Simplemente de ubicación. Si sacamos a algunas de las periodistas y a aquellos que tenían que estar frente a cámaras, a los cuales en su mayoría les deben obligar mostrar cierta prolijidad en su imagen, no se sabía si los integrantes de la prensa nacional iban al Palacio Legislativo a un acto con protocolo y demás o a alentar a su equipo de fútbol a la Tribuna Ámsterdam. Ni hablar que la falta de atenciones, bebida y comida gratis, hizo que a los cinco minutos de terminado el acto, todos los que pudieron, desaparecieran. Igual la real sorpresa, relacionada con la prensa, fue comprobar que el Ministerio de Turismo tiene un “canal” propio que envió una periodista y un camarógrafo al evento.

             Otro detalle, que me llamó poderosamente la atención, fue el movimiento de la Productora y la Agencia Quatromanos. Me parece que llevaron hasta a la limpiadora con tal de pasar horas de trabajo en la abultada factura que harán llegar a quien deba pagar el acto. Había que verlos con sus vinchas y “walkie talkies” haciendo creer que estaban detrás del más mínimo detalle del evento. Incluso algún periodista tenía en una mano el grabador, en el cual podía verse el logo del medio de prensa en que trabaja, y en la otra el gafete de “Producción”. Esa organización del evento debió enfrentar problemas de audio, no funcionamiento de un video de presentación, y después se quedaron cortos en la entrega de los "regalos".

            Hablando de gastos, que los hubo y en serio, la pantalla gigante, que oficiaba de fondo del escenario, debe haber salido un ojo de la cara. A ello hay que sumar toda la serie de “regalos empresariales” que se les daba a los presentes al retirarse. Para ello eran las promotoras. Las chicas estaban encargadas de dar pines alusivos a todas las personas al ingresar. Además, al terminar, ellas también se encargaron de entregar una bolsa de obsequio a quienes se retiraban. Se ve que en algún momento, con la idea del lanzamiento de la “agenda del Bicentenario”, alguien pensó en regalar una agenda conmemorativa. Alguien dirá que no se realizó tal obsequio por un tema de ahorro, la verdad me parece que el tema es que no estuvo a tiempo el calendario de eventos y la agenda quedó para mejor oportunidad. Igual la bolsa que se entregaba incluía dos libretas, dos pines y un lápiz, alusivos al propio Bicentenario. No obstante, el regalo más sorprendente fue el primero de todos. Cuando las personas se intentaban sentar para observar el acto, se encontraban con una tarjeta del "Bicentenario", con el logo del mismo solamente, muy bonita y un "tubo de ensayo" cerrado. En ese tubo, se observaban una cantidad de semillas. Esas semillas eran semillas ibirapitá, conocido como el árbol de Artigas. Una relación que los invitados debieron realizar por sí mismos y que motivó la sorpresa de algunos por la falta de destaque a nuestro héroe nacional José Artigas.

            La maestra de ceremonia elegida, la periodista Gabriela Lavarello, fue muy bien elegida para la ocasión. La misma estuvo a tono con el discurso del Ministro Erlich: denso y aburrido. El momento de mayor emoción estuvo asociado a los gritos que pegaba el Presidente durante su discurso. Sin dudas era necesario porque la gente empezaba a dormirse en sus asientos. Pero no sería lo más bizarro del evento.

 Mientras no salía de mi asombro por la producción que había detrás del acto, paradojas que se dan, escuchó a una encargada de protocolo del Palacio hablar con varios integrantes de la agencia de comunicación sobre un detalle importante que se había pasado por alto. El Presidente estaba “furioso” porque no se había irradiado el Himno Nacional. Era necesario que alguien hallara urgentemente una versión del mismo. El tema es que ya estábamos por ingresar a la parte final del evento.

Para cerrar el acto, con la impronta de la “izquierda”, se había decidido invitar a un artista nacional para que actuara. Grande mi sorpresa fue cuando me enteré que el elegido no era el dúo “Larbanois-Carrero”, “Los Olimareños” o Tabaré Cardozo y su “Agarrate Catalina”. Se había elegido a Luciano Superville. Sin embargo, el agrado duró poco. Durante más de quince minutos el citado artista, acompañado por dos laderos, se concentró en tocar el piano y sintetizadores y los acompañó con un insufrible “Uhh, Uhh, Uhh”. Nadie pudo explicarme la relación entre la obra y el evento. Además, me pareció que, en realidad, la pieza musical fue repetida con el único objetivo de hacer tiempo para que encontrara el Himno Nacional desaparecido.

            La irradiación del himno, el cual no puedo explicar cómo se obtuvo, fue el broche elegido con que se cerró el acto de presentación de los festejos del “Bicentenario” nacional y mi presencia en el Palacio Legislativo. Seguramente, si estos detalles hubieran sido reseñados por algún humorista de mayor nivel, el caso de un Darwin Desbocatti o de un Diego Delgrossi, hubiera logrado sacarles alguna sonrisa más que yo. Sin embargo, no quería que estos detalles se perdieran.