lunes, 5 de septiembre de 2011

Fractura Expuesta



¿Cómo puede un sombrero con visera, de los que usan los denominados “planchas”, ser la razón de la muerte de un joven? ¿Qué nos está diciendo sobre la sociedad en que sucede un crimen de este tipo? ¿Quiénes son los responsables de algo tan inútil? Esas son solamente algunas de las preguntas que trataremos de responder en las próximas líneas…

Un incidente ocurrido en la noche del domingo en la intersección de las calles Luis Alberto de Herrera y Pablo Galarza terminó con un disparo que segó la vida de un adolescente de 16 años, de nombre Álvaro Froste. A metros del centro comercial más importante del país.

 Ese lugar, como muchos saben, es reconocido punto de encuentro de jóvenes, “de todo tipo y color”, que pasa horas en la zona. Allí, justamente, comenzaron las fricciones entre bandas de jóvenes. Discusiones e insultos que subían en intensidad hasta que llegaron los primeros golpes de puño. Mientras tanto, transeúntes y vecinos se sentían impotentes pero no sorprendidos. Suceden muchas cosas desde hace un tiempo. Según testigos, en determinado momento de la pelea se efectuaron disparos desde una motocicleta, uno de los cuales impactó en el pecho del menor de 16 años. El herido fue trasladado al Hospital de Clínicas, donde los médicos no pudieron hacer otra cosa que constatar su fallecimiento.

Lo primero que se viene a la mente es ¿qué hace la Policía que no previene? Y si, extraña que más allá de las medidas que ha tomado el propio centro comercial, consciente de lo que sucede últimamente en su entorno, la Policía, y concretamente la seccional del barrio, no hayan tomado otras providencias para evitar un hecho que ahora hay que lamentar como lo es la muerte de un joven a manos de otro.

La respuesta no demora mucho en llegar. La comisaría tiene seis policías para patrullar los barrios Pocitos y Punta Carretas, los más densos de nuestra ciudad, en el horario que va desde las 14 a las 22 horas. No hay que ser un iluminado para saber que ese el momento de la semana, además, en que el centro comercial recibe mayor cantidad de visitantes. Sumado a eso, la comisaría de la zona tiene dos móviles de respuesta para toda esa zona.

No alcanzando con estos detalles, que ya serían alarmantes, desde la Policía hay visiones contradictorias sobre la situación. Mientras el jefe de Policía, Walder Ferreira, entiende que es esa una zona peligrosa, el personal de la seccional de la zona señaló que cada fin de semana les llueven denuncias por problema entre barras de jóvenes. “Se dicen muchas cosas, pero la realidad hay que venir a verla”, advirtió un policía de la Seccional 10ª a “El Observador”. “Si vas caminando por la vereda le tenés que pedir permiso a estas personas para pasar; y si los miras mal te tenés que agarrar a las piñas”, añadió. “Algunos se roban los championes y celulares entre ellos, y obviamente estos asuntos los resuelven a las piñas”, agrega un vecino. “Yo no voy a mensajearme por la prensa con los ciudadanos de la zona. Si tienen problemas que vengan a hablar conmigo”, advirtió el jefe de Policía a los periodistas.

¿Por qué los chicos de aquél país excluido, aún para quedarse sentados en un muro, se toman el trabajo de juntarse en otro barrio? Sencillamente, el problema, por decirlo de alguna manera, es que, en gran parte, no tienen otra opción que reunirse en esos lugares ya que en sus zonas no tienen donde hacerlo. Aunque lo quisieran. Y ahí nos damos cuenta que se ha cambiado poco la ciudad. Pero aún menos en las zonas periféricas. ¿Es en realidad un problema que se junten en otras zonas? No, no debería serlo. Pero como no tienen los códigos y valores de los otros sectores, comienzan las complicaciones. No conocen los límites y eso lleva a que tengan discordias entre ellos y con aquellos que entienden no son como ellos. Los “otros” los sienten peligrosos y los atacan, muchas veces sin razón. Otras veces son ellos lo que atacan a los “otros” porque aquellos tienen materialmente lo que ellos anhelan. Entonces, podemos llegar a concluir que aquellos que tuvieron la responsabilidad de planificar la ciudad en los últimos 25 años poco se preocuparon por mejorar la situación de esos chicos. 

Así es que uno empieza a entender lo que sucede. Sin embargo, la pregunta que sigue es: ¿cómo llega un arma de fuego a las manos de un joven de 19 años? “El caso uruguayo es comparativamente muy alto. Se maneja que unas 900.000 armas (entre legales e ilegales) estarían circulando. Este es un factor de riesgo, que luego entre un 80% y 90% se asocia a crímenes, violencia doméstica y otros delitos”, explicó el Sociólogo Rafael Paternain a “El Espectador”. Hay que recordar que Paternain es el mismo profesional que renunció a la Dirección del “Observatorio sobre Criminalidad y Estadística” del Ministerio del Interior por diferencias en el manejo de datos con el Ministro Eduardo Bonomi.

El propio Ministro Bonomi declara días más tarde a los medios: “Tengo claro que no sólo hay un mercado de venta, sino también de alquiler de armas. Se alquilan para realizar un operativo o un delito clandestino. Quien lo realiza también es un delincuente”. Agrega luego “se debe mejorar la legislación para la venta y compra de armas porque muchas veces se venden clandestinamente y también con mucha facilidad para la norma. Tiene que haber una ley para el tráfico de armas. Debe tener distintos elementos de la compra de armas”. ¿Qué detiene al Ministro para no enviar un Proyecto de Ley en tal sentido si pertenece a un gobierno que cuenta con mayoría legislativa para aprobar rápidamente la norma?

No obstante, el problema no escapa al resto del sistema político. Al mismo tiempo, si la seguridad es un tema de relevancia para la Oposición, ¿qué razón lleva a la misma, o a parte de ella, a no incluir en su Proyecto de Reforma Constitucional un tema tan delicado como el mercado negro de las armas, contando, además, con un Proyecto de Ley sobre este mismo tema, presentado por una de las caras más visibles de la iniciativa reformista? Para esas preguntas, lamentablemente, no tengo respuestas satisfactorias.

Ahora la siguiente pregunta que deberíamos rastrear es ¿cómo es la mente de un joven, o mejor dicho de grupos de jóvenes, para interpretar que el “robo de un gorro” puede ser penado con la muerte a balazos del autor? En pocas palabras, estamos hablando de la “Pena de Muerte” en un país que eliminó dicho castigo hace un más de un siglo.

Buscando respuestas a este dilema me encontré con las declaraciones a “El Espectador” del Sociólogo Gustavo Leal. El profesional sostiene que "existe una fractura muy drástica del pacto de convivencia en la sociedad uruguaya". De esta forma, de la “Sociedad Hiperintegrada”, que seguro existió hasta la década del 60, solamente quedan los libros escritos sobre ella. Hay que entender que URUGUAY es un conjunto de tres países diferentes, agrega Leal.

¿Cómo puede sostenerse esa idea? Los números la avalan. “hoy el 60 % de los jóvenes que no estudian ni trabajan se concentra en 11 barrios de la capital, y el 75 % de las personas que tienen estudios universitarios se concentra en ocho barrios de la capital. Eso marca una distancia, se ha consolidado un distanciamiento social muy importante”.

Entonces, se puede decir, hay un Uruguay que excluido socialmente, con pautas y valores de exclusión social muy fuertes, con una materialidad de exclusión muy importante, que en el área metropolitana se ubica básicamente en los barrios de la periferia. Un segundo país de ciertos sectores medios y de trabajadores que también sufrieron, que podríamos decir que es un Uruguay integrado pero vulnerable, es el Uruguay de los “diez mil pesistas”. Por último, podemos encontrar un país de elite, un Uruguay casi privado, que no participa de los espacios públicos, que tiene mucha más conexión con el exterior, con otra lógica de consumo, con un nivel de consumo muy alto.

Una clara forma de palpar ese quiebre entre los distintos “países”, que no es nuevo pero que se ha profundizado en los últimos años a pensar de la bonanza económica, se encuentra en una declaración de Karina Froste, hermana de la víctima, a un noticiero: “Yo quiero decirle a esa nena de Pocitos que ayer dijo que somos planchas que en realidad no somos planchas, somos pobres. Pero somos pobres porque somos honestos”.

Vamos a ser nosotros honestos ahora. ¿Cuántos de los que están leyendo ese artículo pensaron que era obvio que eran “planchas” los protagonistas del suceso del domingo pasado? ¿Cuántos pensaron que no era un asunto “propio” por el “tipo de gente” que se reúne en ese lugar a esas horas? ¿Cuántos sólo les preocupó el caso porque van al shopping?

La frase de Karina reconoce el distanciamiento social. Demuestra la idea de que el progreso material o la posibilidad de incluirme de otra manera en la sociedad no existen para mí si no rompo alguna regla. La frase es terrible porque pone en el relato de la sociedad que algunos grupos siempre van a estar en un lugar y otros en otro. Se termina por derrumbar el ideal batllista de la “movilidad social” basada en la “igualdad de oportunidades”. Así, habría pobres honestos y pobres deshonestos; ricos honestos y ricos deshonestos; pero el problema es que no habría forma de “comunicación” entre esos grupos de la sociedad.

            Para Leal, en un análisis muy interesante de la realidad, la idea de la fractura, está demostrada en los números. En Casavalle de cada 100 adolescentes de entre 15 y 18 años, 5 terminan la secundaria; en Punta Carretas terminan 88. Estamos a 20 minutos de distancia entre un lugar y otro. Ahí es cuando uno puede darse cuenta de las distancias sociales que existen en este país. Entonces esa lógica del ocio, del no tengo dónde estar o de tener que explicar por qué me tengo que trasladar a otro lugar de la sociedad, es parte del estigma también. Aquí llegamos a un problema de fondo: “los jóvenes que ni estudian ni trabajan”.

Y ahí comienzan los estigmas. Los verdaderos estigmas. Erving Goffman planteaba que se construye un estigma a partir del momento en el cual se le imputa un atributo negativo a una persona o a un grupo social, y la persona siente ese atributo negativo como tal. Por lo tanto, el estigma es como una marca, es una mancha que se les construye a las personas. Y ahí entra el tema de los “planchas” o los “jóvenes que ni estudian ni trabajan”. Y este estigma es real ya que lo asumen los propios estigmatizados.

            Ahora, alguien piensa que quien es pobre decididamente es “plancha” o “ni estudia ni trabaja”. Llevando al límite la idea de Karina Froste, el “pobre honesto” es aquél que es pobre pero trabaja o estudia. Por el otro lado, el “pobre deshonesto” es aquél que ni trabaja ni estudia, y, por ende, debe vivir de otra manera, al punto de caer en la delincuencia. Y del estigma llegamos rápido a la exclusión. Por tanto no hablamos de pobreza, hablamos de exclusión. Además, el rico, para los pobres, definitivamente tiene que ser deshonesto. Y ese es el grupo que después conforma los “menores infractores”. Entonces no es solamente un problema de ingreso, el pobre no ve que haya forma de cambiar su situación honestamente. Y ahí podemos entender que un niño puede querer ser narcotraficante cuando sea mayor. Y, así, se hace patente, el problema de la exclusión, cuando el excluido asume que no se puede cambiar de situación. Es un problema cultural y no económico lo que le sucede hoy al Uruguay. Y, entonces, llegamos a la “crisis de la Educación”.

¿Por qué los jóvenes no estudian ni trabajan? Rossana Patrón nos dio una posible respuesta hace unos meses. Sencillo, no es negocio. No tienen incentivos económicos que los acerquen al estudio. Los jóvenes, incluso aquellos excluidos, son racionales y si no hay incentivos, ni económicos ni sociales, no van a “desperdiciar” su tiempo. Van a preferir el ocio. Y el ocio los lleva a estar “tirados” en la puerta de un centro comercial, provocándose unos a otros. Y si no tienen claro el límite, ya sea porque la familia y/o la educación no los ayudan a tenerlo, terminan como el domingo matándose por un gorro.

¿Por qué los chicos de aquél país excluido, aún para quedarse sentados en un muro, se toman el trabajo de juntarse en otro barrio? ¿Es un problema que se junten allí? No, no debería serlo. Pero como no tienen los códigos y valores de los otros sectores, comienzan las complicaciones. No conocen los límites y eso lleva a que tengan discordias entre ellos y con aquellos que entienden no son como ellos. Pero el problema, por decirlo de alguna manera, es que, en gran parte, no tienen otra que reunirse en esos lugares ya que en sus zonas no tienen donde hacerlo. Aunque lo quisieran. Y ahí nos damos cuenta que se ha cambiado poco la ciudad. Pero aún menos en las zonas periféricas. Entonces, quienes planificaron la ciudad en los últimos 25 años poco se preocuparon por mejorar la situación de esos chicos.

La educación uruguaya ha quedado estancada desde la década del sesenta. Apenas, si se quiere, algún paso adelante como las “Escuelas de Tiempo Completo”. Pero el resto del sistema educativo está en franco deterioro. Y ya no está la excusa de la falta de dinero. Con el presupuesto más alto de la historia, la educación está peor que nunca. Y, obviamente, se siente más el deterioro en el sector más excluido de la sociedad. Todo el sistema educativo conspira contra ellos. Los mejores maestros y profesores están alejados de ellos, las materias y sus contenidos no son atractivos y no hay motivaciones para terminar los estudios.

Y el problema no termina ahí. El Uruguay es un país que, mayoritariamente, se “reproduce” en las clases medias-bajas y bajas. Si el 60% de los jóvenes “ni-ni” están concentrados en 11 barrios de contexto bajo y el país se “reproduce” allí, el problema solamente puede empeorar si no se empiezan a hacer las cosas bien. Y no parece el caso. La “Ley de Educación”, votada hace dos años por el partido de gobierno, es criticada hasta por quienes la votaron. Existen propuestas pero no hay un consenso para llevarlas a cabo. Uno de los motivos es el poder que la ley le brindó a las “corporaciones docentes”. Casualidad, si se quiere decir así, esas mismas que son las primeras con ideas estancadas de otro tiempo.

El mito por el que se creía que el problema era de Secundaria se cae a pedazos. Obvio que en Secundaria hay problemas de todo tipo. Incluso algunos que las autoridades quieren ocultar prohibiendo a la prensa tomar “imágenes” de la situación edilicia de los centros de enseñanza. Además, no se puede entender que en una sociedad en la cual somos todos uruguayos tengamos una diferencia de oportunidad de 1 a 18 con relación a poder terminar la educación media o secundaria. No hay posibilidad de integración en una situación como ésta.

Sin embargo, como decíamos, es falso que los problemas de la Educación sean solamente de la Enseñanza Secundaria. En Primaria egresan en números respetables, y similares a los de otros tiempos, simplemente por la “inclusión” que las autoridades han establecido. ¿Qué significa eso? No importa si un niño no sabe leer o escribir su propio nombre, como afirmó la Directora del Bauzá Graciela Bianchi, va a llegar a Secundaria. Y la misma idea ya fue llevada al resto del sistema. Por ejemplo, y como colmo, la Universidad de la República acaba de “flexibilizar” los requisitos para ingresar a esa casa de estudios.
           
Entonces, si analizamos nuestra realidad detenidamente, nos damos cuenta que todos somos un poco responsables de la situación actual. Algunos por acción y otros por omisión. Los ciudadanos somos responsables por no exigir los cambios que son impostergables. Por no preocuparnos, hasta cierta medida, en el “todos”. Somos responsables hasta por no entender que la mejora de la sociedad radica en la mejora de todos los individuos en particular.

Sin embargo, el sistema político es el mayor responsable. Los políticos son quienes deben tomar las decisiones para el cambio. Y si el cambio no viene, o es contraproducente como en el caso de la “Ley de Educación”, aún son más responsables. Y si es un país la Educación, la Seguridad y, hasta, la Salud son problemas, la responsabilidad del sistema es enorme. ¿Por qué? Simplemente, porque significa que el Estado no está cumpliendo con sus deberes. Con aquellos por los cuales firmamos el “contrato” por el cual decidimos conformar una sociedad como el caso de la uruguaya. Y los gobiernos últimos son aún más responsables porque tuvieron todas las herramientas necesarias para lograr los cambios.

El problema es grave, no hay duda. No obstante, lo que lo hace aún más grave es que las posibles soluciones están a la mano. En todos los ambientes se manejan innumerables posibles soluciones. Sin embargo, no se logra echar mano a las mejores y ponerlas en práctica. Existen ejemplos de otros países y ciudades que tenían problemas similares y los han podido superar.  El tiempo pasa, la situación se agrava, y seguimos sin exigir los cambios necesarios. No sigamos mirando al costado porque ya vimos que la “bomba” puede explotarnos en la cara en cualquier momento…
               
 

12 comentarios:

Germán dijo...

MUY BUENA COLUMNA CON MUCHA INFORMACIÓN, ESPERO MUCHOS LA LEAN. PARA NO ACOSTUMBRARNOS A ESTA TRSITE REALIDAD

Gabriela dijo...

Es insólito también saber lo que se paga por esos gorros. Sabía que quienes los usan pagan mucho, pero nunca imaginé que costaran una vida. Es lamentable la miseria humana que estamos viviendo.

Henry dijo...

Te falto comentar el papel que juegan los medios de comunicacion en la formacion de valores, y como la violencia esta cada ves mas metida en el cine y la television...

Fernando dijo...

Hace unos meses atrás había escacés de esos gorros Nike. Ninguna de las boutiques Nike tenían gorros. Eso hace que anden robando gorros como me pasó a mi en esa época me lo sacaron de la cabeza!!!!

Anónimo dijo...

6 policias para barrios super poblados. Es dificil de creer. Yo escuche una cifra bastante mas alta. Parece mas una excusa que la realidad.

Benito dijo...

Muy pero muy buen analisis de la situacion actual con la juventud actual

Gustavo dijo...

Sebastián, muy interesante tu columna. Períteme que te diga que no creo que el problema sea que el estado no se está haciendo cargo, sino justamente por estar haciendose cargo es que estamos así. Nuestros cañones deben apuntar a desarticular la tramoya política en la que estamos metidos.

Anónimo dijo...

Lástima que de estos temas siempre leemos y nos preocupamos los mismos. Es como gritar en el desierto. El artículo es excelente. Gracias.

Anónimo dijo...

Sumamente interesante.No acuso a pobres y ricos, simplemente RESPOSABILIDAD a gobierno y oposición, que cuando están de acuerdo en solucionar determinados temas,por ej- EDUCACIÓN, se prenden a la "bandera" politica y no se sueltan. Cada 5 años nuevas propuestas, siempre empezando de cero para no perder derecho de autor. Asi estamos, sociedad resentida y
estancada.

Leo dijo...

me gusta el blog.
parece mentira, pero la realidad es que la politica no se arregla con actos, se repara con palabras, y lo actos de gobierno con mejores actos de gobierno.
hace 25 años que esta el Uruguay con su democracia retomada, lejos de la dictadura. sin embrago ese cuarto de siglo ha sido tierra esteril, tiempo desperdiciado, que no hemos usado en lograr los cambios correctos. no se si ha sido por mirar el pasado o por repetir conductas electorales viciosas, o por las ganas de nuestros gobernantes de ver quien es mas popular o mas inteligente , en vez de tomar las medidas dolorosas pero necesarias para el pais y su gente. cuarto de siglo despues, es mujica el que nos gobierna y el poder sigue en manos del mismo grupo de viejos que se siguen peleando por sus sueños trasnochados, unos por la suiza de america y otros por el pais de todos y para todos. en suma, ninguna solucion y el problema se agrando, asi de sencillo. vos podras plantear excelentemente las dudas legitimas, exponer las falencias, pero en definitiva otro se tiene que arreglar con el fardo y ese en definitiva es el pueblo y los que podemos rajamos pa fuera.
Uruguay, estimado escritor, es a la semejanza de un barco que hace agua por todos lados, es un Estado vetusto, viejo, sin recursos, mal administrado.
Entre Argentina y Brasil, nos la ponen por turnos, y siempre estamos con ella adentro, y en silencio. la historia de nuestra genesis lo dice, remontese a Lord Pondsonby y vera como tristemente, no somos ni brasileros ni argentinos e hijo de ambos.
pero mas alla de eso, esta la gestion, hecha por inoperantes y lo demuestran los hechos, hoy nadie es salvador de nada y menso victima y eso comenzando por los sindicatos.
a tiempo sali del urruguay, por mi, por mis hijos, de uruguay tenemos buenos recuerdos, los elegidos de la familia y las fiestas, pero no mas, esperar par vivir dignamente.
saludos

Cristhian dijo...

claro, está bueno poder irse a la mierda, eso es verdad, ¿por qué no ponemos una bomba, que Uruguay entero explote, y los que no somos planchas nos vamos a Amsterdam, Sidney o París? Cuando vuelvan a nacer los primeros brotesitos de plantas y se mejore un poco el tema de la radiación nuclear, volvemos a meter unas cuantas vacas y empezamos de cero.

Hablando en serio, como dice en el artículo, todos somo responsables de la situación actual, no responsables en parte, sino absolutamente responsables, gobierne quien gobierne el cambio debe ser ciudadano.

Si el problema "es cultural y no económico" (en verdad ambos coexisten, ¿o ya dejamos de ser tercer mundistas?) debería ser, a mi entender, responsabilidad de aquellos que sí tenemos hoy por hoy acceso a una buena educación, los primeros en preocuparnos porque esa educación sea la misma para todos, por ende, el problema cultural más grave no se encuentra en los sectores marginados, sino en los bien educados que no asumimos nuestra responsabilidad, como deberíamos de hacerlo, dado nuestra calidad de privilegiados.

El tema de votar cada 5 años no nos hace de ninguna manera participantes activos que asumen su responsabilidad social, lo ideal sería de a poquito acercarnos a lo que propone Saramago en Ensayo Sobre la Lucidez, claro que si no empezamos por hacer eso aquellos que sabemos al menos quien es Saramago el tema se complica...

Leo dijo...

yyy lo que pasa es que irse a la "mierda" es producto de un balance costo beneficio, nada mas.
el dia que la benvolencia, las ganas de aportar y trabajar en conjunto por algo mejor, se terminan, el dia que ser ciudadano de un pais o de otro te chupa un huevo, el dia que te das cuenta que una "lucha" por cambiar el pais te puede llevar la vida. cuando te das cuenta que los servicios que tu pais le ofrece a tus hijos son de cuarta, cuando ves que paga mas hacerte el "vivo" que ser honrado. es ahi que comienzas a mirar pa fuera, a desenamorarte de la novia de toda la vida, es en ese momento que a Saramago te lo pasas por las pelotas, que a Rousseau le pedis disculpas y permiso y te vas a la "mierda"
No digo que la solucion es irse, para unos en los que me incluyo lo es, para otros no lo se, pero me doy cuenta que tampoco es solucion seguir en el camino de hoy.
como todos no tengo soluciones, tampoco las doy, solo soy un simple ciudadano que reclama sus derechos a oidos sordos.
el pensamiento de Rousseau que todos somos ciudadanos reponsables, es lindo pero utopico, y los estados son de los ciudadanos buenos y malos, pero nunca de segunda.

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